A pesar de que el té es bebido por millones de personas en todo el mundo, pocos saben sus valiosas propiedades medicinales. Entre nosotros, menos aún son los que conocen y disfrutan los beneficios del té producido en ausencia de fermentación: el té verde. Éste se obtiene de la misma planta que el té negro, la camelia sinensis, pero resulta de un proceso de elaboración diferente. La clave de sus propiedades reside en que se recogen las yemas, hojas jóvenes,pecíolos y tallos tiernos y se desecan para evitar la fermentación y consecuentemente la pérdida de valiosos principios activos. Sin embargo, no ha de pensarse que se trate de un proceso moderno, creado específicamente para conservar sus propiedades medicinales. Es sí una mejorada técnica tradicional a la que hoy la ciencia le reconoce la capacidad de preservar sustancias como las catequinas, eficaces a la hora de inhibir la proliferación de tumores cancerosos.
Pero no sólo las catequinas se mantienen intactas en el proceso de producción del té verde, también perduran una serie de compuestos llamados flavonoides, agrupados bajo el nombre de vitamina P (quercetol, kenferol, miricetol), compuestos esenciales para la absorción y metabolismo de la vitamina C (ácido ascórbico). Todas sustancias capaces de impedir el envejecimiento celular que provocan los radicales libres. Además, numerosos resultados experimentales señalan que el consumo regular de té verde disminuye los niveles de colesterol malo. (LDL). Su acción, relacionada con la emulsión de las grasas ingeridas, ha llevado a muchos nutricionistas a incluir una o dos tazas diarias en regímenes de adelgazamiento. Un estudio realizado en la Universidad de Ginebra (Suiza), sostiene que la bebida aumenta en un 4% el ritmo de quema de calorías (termogénesis), y en un 4,5% el gasto general de enrgía; un efecto similar al de ciertos fármacos termogénicos, pero sin efectos colaterales sobre la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
Por otra parte, el té también ayuda a combatir la caries. A excepción de algunos peces del mar, no existe otro alimento con tan alto contenido en flúor. Pero además de sus fluoruros, los flavonoides del té verde disminuyen la placa bacteriana.
Por lo visto, aunque más no sea para aprovechar los efectos antioxidantes de sus polifenoles, es recomendable beber té verde como alternativa habitual al té negro, siempre y cuando el paladar no presesnte objeciones. Cabe observar que el té verde se sirve pálido, si bien su coloración varía de acuerdo con las condiciones de cultivo y preparación. No obstante son saludables cualquiera de los tres tipos de té más difundidos de la camelia sinensis; tanto el té negro como el oolong y el verde, dan sabrosas infusiones de efectos diuréticos y estimulantes.
Por su contenido en cafeína -presente en el té verde en menor medida-, estos tés actúan sobre el sistema nervioso y reducen la fatiga, al igual que las bebidas colas, el café, el mate y el cacao.
Narturalmente
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Las Propiedades del te verde |
A pesar de que el té es bebido por millones de personas en todo el mundo, pocos saben sus valiosas propiedades medicinales. Entre nosotros, menos aún son los que conocen y disfrutan los beneficios del té producido en ausencia de fermentación: el té verde. Éste se obtiene de la misma planta que el té negro, la camelia sinensis, pero resulta de un proceso de elaboración diferente. La clave de sus propiedades reside en que se recogen las yemas, hojas jóvenes,pecíolos y tallos tiernos y se desecan para evitar la fermentación y consecuentemente la pérdida de valiosos principios activos. Sin embargo, no ha de pensarse que se trate de un proceso moderno, creado específicamente para conservar sus propiedades medicinales. Es sí una mejorada técnica tradicional a la que hoy la ciencia le reconoce la capacidad de preservar sustancias como las catequinas, eficaces a la hora de inhibir la proliferación de tumores cancerosos.
Pero no sólo las catequinas se mantienen intactas en el proceso de producción del té verde, también perduran una serie de compuestos llamados flavonoides, agrupados bajo el nombre de vitamina P (quercetol, kenferol, miricetol), compuestos esenciales para la absorción y metabolismo de la vitamina C (ácido ascórbico). Todas sustancias capaces de impedir el envejecimiento celular que provocan los radicales libres. Además, numerosos resultados experimentales señalan que el consumo regular de té verde disminuye los niveles de colesterol malo. (LDL). Su acción, relacionada con la emulsión de las grasas ingeridas, ha llevado a muchos nutricionistas a incluir una o dos tazas diarias en regímenes de adelgazamiento. Un estudio realizado en la Universidad de Ginebra (Suiza), sostiene que la bebida aumenta en un 4% el ritmo de quema de calorías (termogénesis), y en un 4,5% el gasto general de enrgía; un efecto similar al de ciertos fármacos termogénicos, pero sin efectos colaterales sobre la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
Por otra parte, el té también ayuda a combatir la caries. A excepción de algunos peces del mar, no existe otro alimento con tan alto contenido en flúor. Pero además de sus fluoruros, los flavonoides del té verde disminuyen la placa bacteriana.
Por lo visto, aunque más no sea para aprovechar los efectos antioxidantes de sus polifenoles, es recomendable beber té verde como alternativa habitual al té negro, siempre y cuando el paladar no presesnte objeciones. Cabe observar que el té verde se sirve pálido, si bien su coloración varía de acuerdo con las condiciones de cultivo y preparación. No obstante son saludables cualquiera de los tres tipos de té más difundidos de la camelia sinensis; tanto el té negro como el oolong y el verde, dan sabrosas infusiones de efectos diuréticos y estimulantes.
Por su contenido en cafeína -presente en el té verde en menor medida-, estos tés actúan sobre el sistema nervioso y reducen la fatiga, al igual que las bebidas colas, el café, el mate y el cacao.
Narturalmente
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