Hasta hace muy poco las algas eran prácticamente desconocidas para la cocina occidental. Sin embargo, su sabor, su versatilidad y sus nada desdeñables propiedades nutricionales explican su creciente popularización. Y es que estas "verduras marinas" son ricas en vitaminas, minerales, oligoelementos, proteínas y fibra y no contienen apenas grasa por lo que contribuyen a equilibrar nuestro organismo,y a mantenerlo nutrido y sano. Buenas razones para, al menos, probarlas. La mayor parte de los occidentales ingiere algas a diario... sin saberlo Lo hacemos a veces, por ejemplo, cuando tomamos helados, postres elaborados con leche o zumos de frutas ya que es bastante habitual que en tales productos se incorpore algún tipo de alga para ayudar a cuajarlos.
En todo caso, además de esa propiedad espesante tan útil para la industria alimentaria las verduras oceánicas son muy interesantes desde el punto de vista nutricional ya que son ricas en vitaminas, minerales, oligoelementos y proteínas además de poseer la capacidad de equilibrar el organismo al actuar como estimulantes del metabolismo e incrementar la actividad de las glándulas endocrinas, la circulación sanguínea y la eliminación de toxinas. Quizá ello explique por qué los japoneses convierten las algas en el 25% de su dieta siendo así el territorio con mayor consumo por habitante.
Afortunadamente en Occidente es cada vez mayor también la demanda de estos saludables productos y, a diferencia de hace sólo unos pocos años, actualmente es muy sencillo adquirir algas en cualquier tienda de herbodietética e, incluso, encontrar distintas variedades en diferentes presentaciones.
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Hay que decir que aunque se conocen más de 25.000 especies de algas sólo medio centenar han demostrado de momento su utilidad para la Medicina y la nutrición humana. Y eso que su uso alimentario en humanos está documentada en Oriente desde hace miles de años aunque en la cuenca del Mediterráneo no se empezaran a consumir hasta el siglo VII antes de Cristo.
En la actualidad las algas se han hecho un hueco en las gastronomías locales de la mayoría de los países de Europa. En Austria y Alemania, por ejemplo, se elabora el Algenbrot, un pan muy apreciado al que se añaden algas disecadas. En cambio, en nuestro país, las algas -a pesar de ser el segundo productor mundial de la variedad Agar-agar- no han llegado a nuestras mesas hasta hace relativamente poco y de la mano de los practicantes del vegetarianismo. Afortunadamente cada vez más personas conocen su alto poder nutritivo y su escaso contenido en grasa y calorías lo que las anima a llevarlas a casa para probar algo diferente. Con lo que muchas veces acaban convirtiéndose en un ingrediente más de los platos cotidianos.
http://www.esencialia.com/alimentos_y_nutricion/algas_las_verduras_marinas.html
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