viernes, julio 06, 2007

Cáncer de mama

Las recomendaciones dietéticas están basadas en el rol que tiene la dieta tanto en la incidencia como en la progresión del cáncer de mama, teniendo en cuenta el peso ideal, la reducción de grasas, el incremento de fibras mediante la ingesta de frutas, vegetales y granos. Debe limitarse el consumo de bebidas alcohólicas e incorporar la actividad física como estilo de vida.

Una dieta óptima es aquella que contenga por lo menos un 25 % menos calorías provenientesde las grasas y 25 gramos de fibra por día.

Esta dieta reduce el riesgo de cáncer de mama siempre y cuando se adopte desde la niñez; como así también desde que el médico detecta el cáncer de mama para evitar su progresión. Algunos estudios realizados en los Estados Unidos demuestran que alrededor de un 35 % de los casos de cáncer en mujeres está relacionado con la dieta.
La incidencia de cáncer de mama varía desde 22 por cada 100.000 mujeres en Japón, frente a 68 por cada 100.000 mujeres en países occidentales, esto tendría una implicancia nutricional debido a la ingesta abundante de fibras consumidas por las mujeres japonesas, no así en las occidentales.

Evidencias epidemiológicas avalan estos estudios sugiriendo que tanto factores culturales como estilos de vida, especialmente la dieta son factores importantes en la etiología del desarrollo del cáncer de mama. Otros factores que influyen en el cáncer de la mujer occidental es que generalmente ingieren más grasas, tienen su primera menstruación "menarca" en edades más tempranas, tienen su primer hijo promediando los treinta años, tienen pocos hijos, y tienen una vida más sedentaria que sus pares en oriente. Todos estos factores están asociados con el aumento del riesgo de contraer cáncer de mama.

Según estudios epidemiológicos realizados en los Estados Unidos se ha demostrado que las pacientes orientales que tienen cáncer de mama que tienen un bajo consumo en grasas, tienen un índice mayor de sobrevida que las americanas. El consumo de grasas en los Estados Unidos es alrededor del doble que en Japón. Estudios recientes han demostrado que el uso de aceites no saturados, por ejemplo el aceite de Oliva, disminuyen la incidencia del cáncer de mama, en contraste con estos datos, el alto consumo de grasa animal proveniente de las carnes rojas son ricas en grasas saturadas que incrementan la incidencia del cáncer.

La carne y la leche entera que aportan entre el 40 % y 20% respectivamente de grasa en la dieta de un adulto de occidente están ciertamente asociados con el cáncer hormonodependiente. La carne roja no solamente aporta grasas saturadas a la dieta sino que es también el mayor responsable de los niveles de colesterol que actúan como efecto negativo tanto en el desarrollo del cáncer como en la incidencia de la enfermedad cardiovascular. Aparentemente el consumo de carnes rojas es excesivo en las culturas occidentales.

Como conclusión en base a numerosos estudios que sugieren que la obesidad o el exceso de peso están asociados a un pronóstico menos alentador en pacientes con cáncer de mama debido a:
1. En pacientes obesas se encuentran estadios más avanzados
2. El incremento de los niveles de estrógeno endógeno en las obesas aumenta la posibilidad de metástasis

Por lo tanto, este grupo de pacientes con cáncer de mama y exceso de peso debería ser incluído en programas para modificar su estilo de vida (actividad física, modificaciones en los hábitos alimenticios, asesoramiento psicológico, entre otros).


La incidencia de las vitaminas y minerales en el cáncer de mama

Un consumo suficiente de vitamina A en la dieta es beneficioso para reducir el cáncer de mama.
Respecto del consumo de vitaminas C y E, hay posiciones encontradas pues existen criterios diversos respecto de las cantidades de éstas que deben consumirse, algunos sostienen que deben consumirse 300 mg. por día, y otros 500 mg. por día de vitamina C.
Un buen consumo de vitamina E junto con la ingesta de selenio actuarían como antioxidantes.
Existen numerosos estudios que describen los efectos preventivos del selenio en el desarrollo de cáncer de mama. Un estudio reciente realizado en Suiza demostró la eficacia preventiva contra el cáncer de mama del aumento del nivel de selenio en sangre en mujeres de mas de 50 años. Como contrapartida, otros concluyen que si la ingesta de selenio se hace tardíamente, no tendría estos efectos beneficiosos.


Frutas y vegetales

La baja o inadecuada ingesta de frutas y vegetales en la dieta ha sido relacionada epidemiológicamente con el incremento de riesgo de diversos cánceres incluido el de mama. Aquellas personas que tienen dentro de sus dietas una adecuada proporción de frutas y vegetales tienen la mitad de riesgo de padecer un cáncer. Lo mismo sucede con las fibras que también astán asociadas con la disminución del riesgo de padecer cáncer. Una cantidad de frutas y vegetales son una excelente fuente de fibras al igual que los cereales y los granos.
Son necesarios más estudios para corroborar que tipos de fibra y que cantidades de estas serían necesarias para disminuir la incidencia en el cáncer de mama.

La cafeína y alcohol: son factores de riesgo la excesiva ingesta de éstos.


Dra. Silvia B. M. Gentile, Jefa de Mastología División Ginecología Hospital de Agudos "Dr. José María Ramos Mejía"

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